SANGRE Y FLORES PARA CUBA


En la noche fría de cuchillos,
mientras la luna se esconde
tras la espalda del silencio,
nos hallamos nosotros a la ventana del mar
mirando a Cuba.
De nuestros corazones
brotan claveles de sangre sobre las olas,
tiemblan de rabia las uvas y los árboles,
se rebela en el aire
la tempestad.
Respiramos con el viento y al viento preguntamos
si los bandidos todavía no empezaron
a llenar de veneno las playas.
Nuestra sangre se dará toda
para ahogar el monstruo marino
en lo más hondo de su odio.

La vida es el blanco de la muerte
y Cuba está en pie
en el centro de la vida.
Para defenderla
pasaremos sobre el dolor
y la niebla,
pasaremos sobre la noche.
Dejad pasar!
El océano quedará sin agua
para que pasen las semillas.
Dejad pasar la Luna.
Dejad pasar!
Nuestro grito hará de las estrellas
lluvia de fuego.
Colinas y llanuras,
ríos y montañas,
dejad pasar el grito!
Rocas y arenas de la playa,
vientos y truenos,
dejad pasar mi canto.
Olas del mar,
dejad pasar mi sangre.

Cuba hermana, Cuba compañera,
tus hermanos de estas playas
no pueden dormirse
sin echarse al horizonte.
Los obreros dejan sus martillos en la calle,
los campesinos la hoz en la tierra,
los olivos lloran sobre la rama,
todos se quiedan de pie
en la orilla de la noche
hasta que venga el Sol.

Hasta que las flores amanezcan.



                 
(in «Poemas en castellano» - 24 de Novembro de 1981)
CARLOS DOMINGOS
Enviado por CARLOS DOMINGOS em 24/10/2006
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