LA MÚSICA COMO LUCERO DE LA EBULLICIÓN SENTIMENTAL DEL HOMBRE

Vivimos en la era de la tecnología, era en que las cosas vienen y van a una velocidad increíble, tornando el tiempo insuficiente para que las personas puedan asimilar, criticar y desarrollar sus ideas acerca de las informaciones que reciben. Además, la tecnología amplía la capacidad física del hombre, como viajar en un auto a 200km/h o en un avión a más de 800; hablar con una persona que está en el otro lado del mundo casi que simultáneamente, o simplemente recibir informaciones por correo, ó otros mecanismos de información como Twitter y Facebook, en apenas un click.

Como ya dicho, la tecnología es el prolongamiento de las posibilidades físicas del hombre, pero, ¿qué decimos sobre la ebullición de los sentimientos del alma? ¿Dé que manera expresamos el peristaltismos existentes en el interior del ser? Para esa externalización, el arte es el camino que el cuerpo sigue para prolongar sus movimientos, y, en ella, encontramos la música, uno de los mecanismos más perfectos para tal.

la música es el arte que realiza mejor y más rápidamente la fusión de nuestro espíritu con el Todo. Ninguna otra arte puede exprimir con más emoción los sentimientos huecos determinados por la intuición de la unidad con el Todo infinito, si no la música, que es la más hueca y más emotiva de todas las artes. Por su fluidez ella transforma la naturaleza en sentimiento; no se limitando a interpretar… (Pitágoras, citado por Med. 1996, p. 393, traducción del autor).

La música está presente en la cultura y en la historia todas las civilizaciones; no se conoce ningún pueblo que no tenga en su historia o en su cultura cualquiera manifestación musical. No obstante, la música alcanza a los individuos de manera clara, siendo que muchas veces ella está ligada a su vida, su manera de vivir y de ver el mundo.

La expresión musical ha sido expandida en el transcurrir de los siglos, teniendo valoración educacional, militar, terapéutica y en planos colectivos, como los rituales. Además de sus representatividades sociales, como afirma Platón, “la música imita los movimientos del alma”. (PLATÓN, citado por Pieper, 1988). Schumann va adelante y nos muestra que: “La elevada misión de la música es iluminar las profundidades del corazón humano”, o sea, sacar afuera las ebulliciones creadas por las represiones y conflictos de su vida, de sus relacionamientos, de sus expectativas, euforias y disforias y de la percepción del mundo.

Pienso que no existe otro medio más perfecto y más completo de expresión eufórico o disfórico como la música. Para Albert Einstein,

la música, de tan perfecta, es pura como la Matemática; la Matemática, de tan simple, es deslumbrante como la Música. La Música parece una ecuación; la ecuación bien formulada es llena de harmonía y sonoridad. (Einstein, citado por Med, 1996, p. 394, traducción del autor).

Así, comprendemos que la música, de tan perfecta, siempre perfeccionará el hombre y hará parte de su expresión de vida, y será lucero para iluminar su corazón, de modo que ese no se perca en los cambios y en la velocidad que camina