Una carta de amor escrita con la bendición de Dios----Uma carta de amor escrita com a bênção de Deus----

Fue una mañana de abril cuando vestida de duelo

imaginando tú piel

no me resignaba al hecho de no volverte a ver

y aislando mis temores la soledad quise vencer.

¿Como ignorar lo que siento?

¿Como matar lo que se niega a desaparecer?

Este inmenso amor que de mi provenía

y tan profundo deleite a mi alma sembraría.

Luchando contra el silencio

deposité mis sentimientos

en el cristal de aquella rosa que atesoraba historias rotas.

Historias que llevé conmigo en mis desvelos

cuando en las noches de insomnio suspiraba por tus besos.

Por los años de ilusión.

Por los gratos recuerdos que sentía gozosa en mi lecho.

En esta hora incierta implorando plegarias al cielo

deseo manifestarte

que en esta separación la que perdió definitivamente fui yo.

Te expresé alternativa aquel día de tu partida

más fui condenada.

Mi petición fue denegada.

¿De quien fue la culpa?

¿De quien fue el error?

Hoy trato de encontrar las razones

que te llevaron a ausentarte de mí sin extrañarme.

Cuantas lagrimas derramadas por ti y sin treguas te perdí.

Fueron innumerables las horas que pasé buscándote.

Le rogaba a la noche.

Le rogaba al día que me devolviera tu compañía.

El placido follaje donde nuestros cuerpos guarnecían.

Tal vez te parezca extraño recibir esta carta

después de tanto tiempo alejado de mis sentimientos

es que hoy resolví librar una batalla contra el dolor

pues sentí que mi amor procede de los labios de Dios.

Deseo expresarte que yo no elegí amarte,

fue ese amor que con su fragancia se esparce

y de a poco en mí pecho supo alojarse

y en mi desesperación incansable de encontrarte

entre la realidad y el ensueño

he querido fusionar este ferviente anhelo en tu corazón

con la ilusión soñadora

de quien todo lo ha dado a cambio de nada.

Quizás alguna barca lejana rompa el tedio

y traiga de nuevo la calma.

Disipe el cielo y mis voces encuentren sosiego.

Prefiero hacerme la idea que vendrás de nuevo a buscarme

por que esta pasión que para ti terminó

en mi sigue vibrando con ardor.

Con los suspiros.

Con las agonías.

Con las noches que gemían.

Con la promesa que me hiciste junto al balcón.

Con la magia del instante donde nos encontramos tu y yo.

Con esta ultima carta que escribo para ti

no la guardes con arrogancia.

No pienses que ganaste una batalla.

Archívala en el perpetuo verdor de tu voz

que yo diré a mi corazón

que algún día retornaran los sentimientos

y la dulce savia de tus besos.

©Noris Roberts

Foi uma manhã de abril

quando vestida de duelo

imaginando tu pele

não me resignava ao fato de não te revere

i solando meus temores

a solidão quis vencer.

Como ignorar o que sento?

Como matar o que se nega a desaparecer?

Este imenso amor que de meu provia

e tão profundo deleite a minha alma semearia.

Lutando contra o silêncio

depositei meus sentimentos

no cristal da quela rosa

que atesoraba histórias rompidas.

Histórias que levei comigo em minhas desvelos

quando nas noites de insônia suspirava por teus beijos.

Pelos anos de ilusão.

Pelas gratas recordações que sentia gozosa em meu leito.

Nesta hora incerta implorando preces ao céu

desejo manifestar-te

que nesta separação a que perdeu definitivamente fui eu.

Expressei-te alternativa aquele dia de tua partida

mais fui condenada.

Minha petição foi denegada.

De quem foi a culpa?

De quem foi o erro?

Hoje trato de encontrar as razões

que te levaram a ausentar-te de mim

sem estranhar-me.

Quantas lagrimas derramadas por ti

e sem tréguas te perdi.

Foram inumeráveis as horas que passei procurando-te.

Rogava-lhe à noite.

Rogava-lhe ao dia que me devolvesse tua companhia.

O placido follaje onde nossos corpos guarneciam.

Talvez te pareça estranho

receber esta carta depois de tanto tempo afastado de meus sentimentos

é que hoje resolvi livrar uma batalha contra a dor

pois senti que meu amor procede dos lábios de Deus.

Desejo expressar-te que eu não elegi amar-te,

foi esse amor que com seu fragancia se espalha

e da pouco em mim peito soube alojar-se

e em meu desespero incansável de encontrar-te

entre a realidade e o sonho

quis fusionar este fervente anseio em teu coração

com a ilusão sonhadora de quem tudo o deu a mudança de nada.

Quiçá alguma barca longín qua rompa o tédio

e traga de novo a acalma.

Dissipe o céu e minhas vozes encontrem sossego.

Prefiro fazer-me a idéia que virás de novo a procurar-me

por que esta paixão que para ti terminou

em meu segue vibrando com ardor.

Com os suspiros.

Com as agonias.

Com as noites que gemiam.

Com a promessa que me fizeste junto ao balcão.

Com a magia do instante onde nos encontramos teu e eu.

Com esta ultima carta que escrevo para ti

não a guardes com arrogância.

Não penses que ganhaste uma batalha.

Arquiva-a no perpétuo verdor de tua voz

que eu direi a meu coração

que algum dia retornassem os sentimentos

e a doce seiva de teus beijo.

©Noris Roberts

Noris Roberts
Enviado por Noris Roberts em 25/01/2007
Código do texto: T358605