El Amanecer

El zumbido de mi reloj me molesta mis oídos. Yo irritada ya que mi sueño fue interrumpido, y una vez mas mis sueños desaparecen de mi mente. Era duro para mí abrir los ojos; se parece ser más un sacrificio. No había ninguna luz del sol que viniera a través de la cortina de mi recamara, en su lugar apenas hay oscuridad y el aire frío viniendo de la grieta de la ventana. El calor de mi cama me encarcelaba para levantarme; incluso las cubiertas eran como cadenas apretándome, hacerme vulnerable. No ayuda al hecho de que, el olor limpio de la funda de almohada también como la suavidad de mi almohadilla me hacer sentir tan débil, que yo casi decidí volverme a dormir.

Yo quedé diciendo a mi misma solamente cinco minutos más, pero mi consciencia me decía otra cosa. Mi cuerpo estaba levantándose muy lentamente más mi mente todavía estaba dormida. Puedo sentir mi hombro tan pesado, y para no mencionar la sensación de dolor en mis músculos. Yo entre al baño, más no ascendí las luces, decidí que me cegaría completamente.

Cuando volví a mi dormitorio comencé a vestirme despacio, el reloj digital cambiaba los números antes de mis ojos. Aunque pensaba que estaba moviendo en la velocidad de la luz, mi cuerpo tomaba su propio tiempo. Después de la misma rutina diaria, fui a desayunarme, que incluye cereal, eche, huevos y pan. En vez de apreciar el alimento, generalmente devoro la comida entera porque estoy tarde. Después de cepillar mis dientes, pongo mi mochila y sayo corriendo a buscar el autobús.

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Michelle Carreiro
Enviado por Michelle Carreiro em 06/10/2006
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