del árbol se diga de sus frutos

del árbol se diga de sus frutos

y está bien pues saben y hacen densos

sus sopores el verano pleno

pero también se diga del invierno

y tan solo resistiendo con ramas ateridas

el peso de aires gélidos mortales

de un minuto a otro por horas y días

y noches siniestramente extensas

se diga del arrebato de muerte

con paréntesis cementados

y que también

alguna savia viva persistía

y destilaba

cómo si no entender

la dulzura que se explaya

al regocijo

que lo más vivo

se nutre de su muerte

Carlos Alberto Roldán

Carlos Alberto Roldán
Enviado por Carlos Alberto Roldán em 24/10/2006
Código do texto: T272378