La Fuga

Recorrí las playas de arenas ardientes

quemando las plantas de mis doloridos pies

Enfrenté las olas del mar bravío

mi cuerpo azotado por el látigo hecho de agua

Subí a la cumbre de la montaña más alta

las heridas de mis manos bañaron las piedras

coloreándolas con el rojo de mi sangre

Me perdí en la selva verde y húmeda

llena de musgo y sonidos amedrentadores

Al fin, agotado por la caminata escabrosa

Me senté al suelo y sonreí

Intenté dejarte a lo lejos

escapar de tus presas de mujer felina

pero no pude resistir a tus encantos y encantamientos

ni al amor que devora mi corazón

que late, desesperado, siempre cuando mis ojos miran

tu cuerpo

Carlos Cruz - 08/10/2008