Somos dos que renacen...

Somos dos que renacen

de las flores del orgasmo eterno,

descubierto por los Dioses, cuando

crearon la perfección, llamándola amor.

Eres tú quien me dio refugio.

En un pubis de rosas te amé.

Somos de la heresia, ¡amantes!,

conocemos imperfecciones.

En ti floreció amor del placer.

Noches de luna llena busqué;

las encontré reflejando aquella

perdición que nos arrebató.

Mi cuerpo siente deseo.

Más, nada. Necesito las rosas, ¡las flores!

Esta distancia no la quise.

Te amo pero estás abandonada.

Cirilo
Enviado por Cirilo em 29/08/2006
Reeditado em 13/09/2006
Código do texto: T228399