Ave
Ave de paso mi carinho por tus ramas
si te pudiera ofrecer algo que quieras
para evitar que tu camino prosiguieras
anidando de pasión entre mis llamas.
Yo no puedo darte más que el alma escrita
y el silencioso placer de la madera
y la esperanza milagrosa de la espera
que el verte una vez más posibilita.
Cuando tus alas se detienen, sin que muera
siento que mi alma en fiesta plena resucita.