Acierto
Ya lejos del amor, noté que era
la hora de escapar, la hora de irme
no supe a tu mirada resistirme
y puse en riesgo a mi ciudad entera.
Tal vez no quise ser como cualquiera
y abrí mi alma, antes de poder verte,
cambiando un día esta maldita suerte
que estaba hecha de roca y de madera.
La victoria llegó al último instante,
la vida se hizo fiesta de colores
sin repetir errores anteriores
tuve una racha de triunfos importantes.
Hoy los días terminan a tu lado
y empiezan con el sol, enamorado.
Marcelo