Diario de un Escritor 7.

TODO ES CUESTIÓN DE PIEL.

Entre nosotros pueden existir diferencias y gritantes. Ellas pueden ser grandiosas, pero entre nosotros todo se resuelve cuando nos encontramos físicamente. Lo resolvemos en la cama. No es fácil porque tú guardas rencores que muchas veces anulan nuestros deseos. Te hieres fácilmente y no olvidas. Te amargas la vida guardando rencores inconsecuentes que te hacen perder foco, pero cuando los superas y te sueltas…Eres como un río caudaloso que se lo lleva todo con su fuerza. Eres como el fuego que arrasa con todo, que quema y deja marcas imborrables. No hablemos más. ¡Amémonos!!! Con la pasión y el deseo que nos consume cuando estamos juntos y abiertos a disfrutar cada momento de nuestro encuentro carnal. Como siempre te digo…Entre nosotros es cuestión de piel lo resolvemos en el lecho nupcial…

LAS SANDALIAS DEL PESCADOR.

Un salmo que me llama la atención es aquella que declama…”El señor es mi pastor y nada me faltará”

En todas las ocasiones en que me siento y me sentí desesperado, desamparado llamo por este salmo para socorrerme en mis dudas y aflicciones…

Voy buscando en el tiempo y con el tiempo la humildad que muchas veces me falta. Por eso cuando la soberbia quiere posicionarse de mi cuerpo y de mi alma clamo por ti Señor.

MI ALMA DE POETA MURIÓ.

Mi alma de poeta está triste, ya nada me emociona, ya nada por descubrir. Las palabras son las mismas, los versos también. La emoción se ha ido y cuando eso ocurre es la muerte del poeta. Me devuelvan la fe en el ser humano que tanto me decepciona. Me muestren que el amor continúa vivo dentro de mí y que la pasión está ardiendo de deseos locos por ti. No me digan que mi alma de poeta murió, porque sin poeta no existe poesía…El mundo, la vida y las personas no son nada. Me digan que es un mal sueño y que al despertar mi alma de poeta estará intacta y viva…

LOS CANTOS QUE ME ENCANTAN.

Me encanta la sonrisa de un niño que lo hace por el hecho de sonreír. Me encanta tu voz de terciopelo, diciendo mi nombre. Me encantan tus besos que mojados me llevan al delirio. Me encanta tu sensibilidad que me trae calma. Me encantan tus ojos que me miran con ternura. Me encanta tu piel que armoniza con la mía. Me encanta tus cantos que me encantan…

TE ACARICIO.

Busco sentir tu piel en mi piel. Que la sábana blanca que acoge tu cuerpo se sienta en armonía con el mío. Te siento con el corazón palpitante, tu aliento entrecortado, muestran que nuestros deseos son fuegos que se encienden para la pasión que ella nos provoca.

Entrelazados de besos intensos, aceleran nuestros deseos en mil fluidos que nos enloquece.

EL DESAFÍO.

Te desafío poeta a que me ganes con las palabras. Quiero que cures mis males. Quiero agarrar el viento en mis manos y retenerla. Quiero que el fuego esté en mí sin quemarme. Quiero un baño de agua santa que exorcice mis demonios. Te quiero cerca para decirte cosas. Te desafío poeta a que me comprendas. Que me acojas en tus brazos y me des calor. Y quiero que escribas que soy tuya para siempre…

Ricardo Sol
Enviado por Ricardo Sol em 02/12/2020
Reeditado em 27/12/2021
Código do texto: T7126125
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