No se puede dar la espalda...

No se puede simplemente

dar la espalda y partir

existen cosas

que nos prenden

que nos aprisionan...

a tantas cosas...

A personas, a sentimientos, a emociones,

que van acumulándose

hasta formar parte de nuestra vida...

Que luego se vuelven imprecindibles

y desprenderse de todo

una tarea de las más difíciles...

Mismo que el amor se haya acabado

quedan restos de ese amor

que nos continua prendiendo

y querer apagarlos

o en la pretensión de apagarlos

todo esto requiere tiempo...

Necesitamos de tiempo

para borrarlos de nuestra vida

mucho más cuando la pasión fue tan intensa...

Querer borrarla ya

es una tentativa

de querer olvidar

sin ningún tipo de sufrimiento

pero todo final de un relacionamiento...

Trae queramos o no...¡Dolor!

También no podemos huir de las lágrimas

de la sensación de fracaso y de vacio total.

No se puede arrancar

del corazón, de la piel...

El sentimiento de complicidad

de cariño, de ternura, de pasión,

que fue compartida en la intimidad tantas veces...

Está intimidad queda impregnada

en nuestra piel, en nuestro cuerpo.

Es el vicio

que tantas veces compartimos.

Y como todo vicio

el nos apremia a cada momento

y tenemos recaídas,

queremos volver...

Pero la vuelta

muchas veces es tan dolorosa

pues queremos que los pedazos

hechos añicos se vuelvan a juntar

y esto es un imposible...

Una ilusión

pues al quebrarse el hechizo

la magia pierde su encantamiento

y llega la hora del Adiós...

Llegó la hora

de buscar otros caminos

e iniciar la marcha

el horizonte es nuestro destino

y el futuro distante

tal vez una esperanza...

Ricardo Sol
Enviado por Ricardo Sol em 09/07/2011
Reeditado em 02/01/2022
Código do texto: T3084993
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