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el fantasma se cayó de la mesa.

la última vez que fue visto

remendaba su vieja sábana de asustar.

cuentan que una milésima de segundo

antes de la caída

imaginaba tus ojos amables

reflejando su propia sonrisa

producida por el gusto de escuchar tu voz

diciéndole que estabas asustada al verlo anhelante,

deseando tu cuerpo

mientras el fantasma caía,

los turistas se divertían en las playas del mundo.

¡qué ignorada era la inercia

que lo condenaba a la ausencia de la vida!

¿pensarás en él sin rencor

cuando mires al espejo que no lo refleja?

¡ah, qué perfecta desproporción simétrica entre

lo inevitablemente no correspondiente!

(los periódicos publicaron que la caída fue anaranjada:

color típico de una muerte con desesperación.)

valentina
Enviado por valentina em 12/09/2007
Código do texto: T648906