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nacida en la tierra

veo tus raizes sumergirse

impregnándose de poderosos misterios

(eso explica tu seducción).

tengo miedo de tu fuerza,

yo, un soldado perdido,

un león derrotado.

miedo de regresar

y deshacer mi substancia

en tu interior negro...

te elevas con el viento en el crepúsculo,

extendiéndote hasta el horizonte de Orión...

(¿cuántas veces no te llamé

como un niño extraviado

en incontables

trillas sin rumbo?)

lanza tus radículas finas

desde tu mundo subterráneo,

haz que lleguen hasta mí

destrozando todo cuanto

se cruze en su camino violento,

mándalas envolverse en mi cuerpo extendido

como serpientes ávidas.

¡haz que me acaricien y me masturben

con un ritmo frenético

hasta que yo grite y te escupa mi deseo!..

bebe de mí, amada mía...

róbame,

seré tu jardinero eterno,

te regaré diariamente con mi orina fertilizante,

para coger de tí ese fruto mojado

de vulva púrpura

donde beberé la vida...

a partir de hoy

seré tu tierra,

planta púrpura en verde lodo...

a partir de hoy

vivirás asentada en mí

cual amante sodomizada,

tú, árbol fantasma,

paisaje de cada sueño...