Preciosa Afrodita.

¡¡Oh, naturaleza humana!!

Que deseas la fragancia de la flor,

la innegable verdad de tu belleza,

abre sin temor los pétalos tus senos.

cándido lustre de tu rosa pura,

como fruto de amor procuro

tu carmesí en tu rostro la más viva;

de tus labios sensuales un beso,

de tu deseo se abra el clavel.

El cogollo del más tierno placer

crezca con ambición de tu bella selva,

tan firme, que, aunque vuelva

a tomarlo por amor vuelve a cerrarse,

ni se marchita tus pétalos en el brío,

ni agrava más sus hojas que el rocío.

Por ti los jardines sienten celos

más prósperos compiten amores,

que ensueñan felices y risueñas

produciendo violetas y jazmines,

para que tu hermosura influya ternura.

Ya dame el favor de tus ojos,

entre frutos pendientes, el brote

segunda flor en ti se descubre,

ofreciendo esperazas de amores,

anticipados regocijos viertes.

Más ¡ay! que cuando inspiro tu fragancia,

Ardo de amores en tus ojos verdes

haciendo en el vigor de cuanto miras

tan dichosa es mi ansia y mísera yace

sola mi esperanza

Tu vestido de blanco inmaculado,

ocultado tus encantos más preciados,

tus ojos llameando como estrellas,

quemando corazones enamorados.

ansiada flor pétalo rosa fragante,

jardín del Olimpo, la más hermosa,

deseados por los dioses tus favores.

Respingada montaña consagrada,

arcana selva frondosa,

valle húmedo de lluvia tus rosas,

rige en el infinito tu belleza hermosa.

Rafael Vargas Heredia.

Claudio Ribeiro e Rafael Vargas Heredia.
Enviado por Claudio Ribeiro em 15/12/2013
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