Creyéndonos muertos

Corro como alguien normal

que vive en ciudad grande.

Hago todo lo que puedo

y lo que no puedo

a respirar intervalos

y dar lugar al amor.

Mis entrañas, como las tuyas

Piden un poco de ojos.

Miradas, alientos, sonrisas,

Dolores, aunque sea.

Piden gente.

Tú lo sabes. O lo sientes.

Aunque sin darte cuenta, lo quieres.

Quieres resbalarte contra las construcciones

y hacerte suave como el humo

que viaja las chimeneas,

que salta las azoteas.

Pero a veces no consigues traducir

y así te dejas.

Te quedas hipnotizado,

te vas a trabajar,

te crees un poco muerto.

Te confundes entre las caras

de las almas callejeras.

Tus entrañas, como las mías

piden un poco de aliento,

se hacen dolorosas de adentro.

Te das cuenta que te anuncias

cuando la gente te mira.

Te denuncias, te detallas

y no consigues guardar tu dolor, ni tu falta.

Entonces rifas tu llanto :

te haces normal, te delatas.

Aunque te dejen entrar

te convenzan, te acepten.

Aunque te digan que eres

como toda esa gente

tú no lo crees, pero les mientes.

Así caminas, así te vendes.

Como me vendo por día, como la gente.

Y cuando paro y permito

veo en un cable de luz una paloma inmóvil.

me junto a ella, sin que me eche.

En vuelo alto, juntamos gente, secretamente:

como si viva fuera.

Marieta
Enviado por Marieta em 06/08/2006
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