salón familiar

acaso por el sonido de sus manos delicadas

en el roce de esa platería

fue que la puso en centro de su mesa

-no obstante las pérdidas notorias-

el brillo tal vez

siempre en los mundos sin sol es bueno el brillo

y el metal no pierde su prestigio

aún con algo del dios eran los hombres

de la edad que así se nominaba

un género refiere sus entuertos

sus talones de Aquiles

sus más arduos regresos a comarcas

pero aquí en la escena principal

centro de una mesa íntima y remota

ordena y memora y despliega y... tantas cosas

resulta que vienen días grises

la tiza del sol se mueve hacia el ocaso

Carlos Alberto Roldán

Carlos Alberto Roldán
Enviado por Carlos Alberto Roldán em 15/02/2007
Código do texto: T382394